viernes, 22 de abril de 2011

El buen profesor… ¿nace o se hace?

Siempre nos planteamos esta pregunta respecto a los deportistas pero, ¿no sería interesante planteárnoslo frente a un gremio más importante de cara a la sociedad?

Ambas profesiones (deportista y profesor) deben gustarte, sentir pasión por ellas, porque si no, no aguantarás entrenamientos agotadores ni niños en plena adolescencia.

¿Pero cómo llegar al buen profesor? El buen profesor, ¿quién es: aquel que aprueba a todos o aquel que los alumnos esperan ansiosos? Para mí, sería la segunda opción, aquel profesor que hace que las horas se pasen rápidamente, que lo ves disfrutar y tú con él, que sabe enseñar y repetirlo de mil formas hasta que los compañeros lo entienden,…

Pero estas características descritas, ¿las puede un profesor adquirir con la experiencia de sus clases? Yo, personalmente creo que sí, que si se evalúa a él mismo, si reflexiona sobre sus propias clases, poco a poco, irá descubriendo qué funciona mejor para que esos alumnos disfruten aprendiendo.

Lo que realmente me gustaría con esta entrada es que cada uno fuera escribiendo ejemplos sobre qué es lo que realmente le ha gustado de esos profesores que le han hecho disfrutar aprendiendo, para que así, tengamos pistas para que cuando llegue la hora de ser nosotros los profesores, podamos ir aplicando poco a poco diferentes estrategias y lleguemos a ser ese profesor el cual es recordado por los alumnos con alegría, por hacerles trabajar duro, pero a la vez enseñarles.

4 comentarios:

  1. Buena entrada Ana, a la ya conocida cuestión del nacer o hacerse, contesto lo mismo aplicado a la docencia. Creo que hace falta de las dos cosas, aunque veo muy significativo que el futuro docente sienta una vocación/pasión por enseñar, a la hora de que pueda llegar a ser "un buen profesor" bajo la concepción del alumno. Si uno no siente pasión por lo que hace los demás acaban notándolo. Eso es lo que ocurre con muchos de los docentes.

    Como has nombrado, estaría bien que comentásemos qué características tendría el profesor "ideal", o buen profesor, sin embargo, creo que haría falta comentar desde qué perspectiva lo enfocamos. Por que un profesor puede ser bueno a la hora de lograr que los alumnos se lo pasen bien en sus clases y sin embargo, el conocimiento se olvide con el tiempo. O un buen profesor podría ser aquél que trata bien a los alumnos, el que pone mejores notas a cambio de menos, aquél que no manda trabajos...

    Para mí un buen profesor debe de tener un poco de todo y un poco de nada, siendo lo más relevante que cada día se levante con ilusión de ir a enseñar algo nuevo a sus alumnos.

    Un saludo, Samuel.

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  2. En primer lugar, gracias Samuel por participar.
    Comentando tu sugerencia de elegir qué punto de vista deberíamos seguir, la verdad que no me lo había planteado porque para mi el buen profesor es el que te enseña y esos conocimientos perduran en el tiempo (mientras los uses, claro está), y las notas quedan relegadas a un segundo plano.
    Normalmente, si ha enfocado sus clases correctamente y se ha trabajado, el examen propuesto, lo deberían poder realizar sin ningún tipo de problemas sus alumnos, por tanto, la nota no debería ser un tema preocupante.
    El tratar correctamente a sus alumnos lo doy por hecho, pero tanto en los buenos como en los "malos" porque todas las personas deben merecer ser tratadas como personas.
    Así que, yo lo orientaría hacia aquel profesor que a parte de hacerte trabajar duro, te enseña, y como buena enseñanza, perdura.
    Tu aportación sobre la ilusión creo que es una de las claves.

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  3. Yo creo que lo fundamental es nacer para ello pero también hacerse a uno mismo.

    Para mí el profesor ideal es aquel que hace que los alumnos sientan que hay una "conexión especial", que estén esperando el día y la hora que da clases, porque se entra en una burbuja, en la que se aprende conocimientos que servira para toda la vida.

    Las notas no deben de ser lo más importante para recordar a ese profesor,deben de ser las clases. Pasado unos años acordarse de clases de ESE PROFESOR que te marco tanto. Porque sentías que todas las tareas que mandaba era para mejorar, tenía un objetivo todo el trabajo.

    Ser alguien de provecho.

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  4. Holas mi nombre es Ecler soy ingeniero pero hago de docente en la universidad, acotaré algunas observaciones desde mi perspectiva, he observado durante muchos años que existe dos tipos de profesores, un profesor odiado por la exigencia en cumplir ciertos objetivos durante el curso, y ese odio se transforma en gratitud despues de muchos años. El segundo, el profesor con el cual todos desean llevar sus materias porque no exige, al no exigir es obvio que las notas son muy altas y con casi muy poquisimos desprobados y con el tiempo tambien les dicen gracias. Claro esta esto cambia dependiendo de la materia que se dicte. Esto como un comentario personal.

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